Sunday, November 29, 2009

El bibliotecario de Alejandría-II


Historia del Pintor de la Corte

Un documento que llamó la atención del bibliotecario, fue la historia del siniestro pintor de la corte; que debía su apodo a un pasado bandidesco, en el que se lucía como el tipo más duro del pueblo; pero que cierta vez, herido en una de sus fechorías, se recluyó en una caverna para curarse. Contaba el documento que al entrar en la caverna, el bandolero se encontró a Dios —bendito sea su Santo Nombre— que pintaba mariposas; y que movido por la curiosidad, le pidió que le enseñara a hacer aquellos trazos mágicos; a lo que accedió el Señor, a cambio de su promesa de que cambiaría su estilo de vida.

Parece que, al inicio, el pintor tuvo suerte con su nueva profesión; se especializó en hacer retratos, y recorría los predios de Cumberland pintando a los personajes más sobresalientes. De ahí el segundo sobrenombre, de pintor de la corte; porque él se dio en llamar la "Corte" a las personas a las que pintaba, y que desde ese momento formaban parte de una élite. Parece también que el problema del pintor radicaba en esa ansiedad de aristocracia, pues es sabido que Cumberland es una Anarquía Participativa; y cuando el pintor vio que sus pretensiones despertaban la indiferencia de los personajes verdaderamente importantes, se dirigió al pueblo para soliviantar a la burguesía; que parece ser lo que exacerbó la ira de las personas importantes de Cumberland, que todo se lo habían permitido, hasta que hiciera adúlteras a sus esposas.

Los próceres vieron con horror que hasta el panadero exigía pleitesía, y al zapatero remendón de cronista excelso; e incluso el pintor llegó a reclamar indignado primacía sobre los teólogos Trascendentalistas, por haber descubierto valores y dogmas que ellos ensalzaban. En ese estado de cosas, y temiendo por la paz de Cumberland, parece que Dios tomó una decisión radical; y una vez que el pintor se puso especialmente impertinente, tomó una espada de luz de la Guerra de las Galaxias y simplemente lo decapitó.

Saturday, November 28, 2009

El Bibliotecario de Alejandría I


El Código Rosa

No era exactamente un bibliotecario, sino un escritor eminente y extranjero; pero aunque nadie pudo decir nunca de dónde ni cómo llegó a Thamacún, lo normal era que se aceptara a la gente sin hacerles muchas preguntas. Todos venían del mismo sitio, formaban parte del gran éxodo; por eso el silencio era carta de identidad suficiente, como una materialización repentina en el aire. Pero el bibliotecario tuvo un azaroso y singular exilio, que lo llevó incluso a esa profesión que nunca había comprendido ni respetado; cuando recorriendo la localidad de Nuevo Songo en busca de testimonios para una novela, hubo de cuestionar la legitimidad de su sistema político y hasta la de su soberana Leididi Usnavi de Burundanga.

Fue así que lo deportaron a West Songo, un territorio incorporado en la Necrópolis de Alejandría; en el que se había fundado una comunidad llamada West Havana, invadida por las locuras expansionistas que siempre afectan a la gente del Este. En una de las catacumbas de la extinta West Havana se habían encontrado unos extraños manuscritos; escritos al parecer en una lengua desconocida, y que el bibliotecario pronto descubrió que sólo se trataba del Código Rosa. A diferencia del Código Verde, propio del espionaje vaticano, el Rosa era un método de Contraespionaje; que había sido inventado a mediados del siglo XX para burlar las cansonas insidias del vulgo, que no aceptaba la discusión de temas importantes.

Con el Código Rosa, por ejemplo, los interesados podían discutir sus temas más complicados; el que los observara pensaría que estaban hablando banalidades comunes, y que por tanto no eran peligrosos. Alguien podía decir, siguiendo el ejemplo, que un autor era capital a la historia del universo; rápidamente otro entendido traducía el texto, y comprendía que se trataba de un autor prescindible por completo. También a la inversa, bastaba descalificar a alguien con el apelativo de metatrancoso; ya sólo con eso, los entendidos en la materia sabían que estaban hablando incluso de un Trascendentalista, un miembro de esa secta excelente que daba culto a la inteligencia.

Wednesday, November 18, 2009

Refundación de West Havana


Cuando ocurrió el otro hecho, el innoble, su propósito era borrar la nobleza del primero; es decir, aquella libertad suprema de Thamacún, cuando los ingleses simularon abandonar la Habana, pero persistieron en un islote aislado. También cuando el segundo hecho, que para diferenciar llamaremos la Catástrofe, estaba ocurriendo otro gran salto; éste era la expansión de la pujante Habana hacia el Oeste, con ese horror de las élites por lo vulgar. La detención de este salto era pues el triunfo de la vulgaridad, pero no contaba con la astucia de Dios; esa materialización del acto en el hecho espiritual en que se recupera Thamacún, la nación perfecta que ya ocurre en el espíritu de los habaneros que añoran la colonización inglesa.

Este descubrimiento singular ocurre, como todo crecimiento espiritual, por causa de otra crisis; que fue el vencimiento de Westh Havana, nuestra colonia en Alejandría, por la vulgaridad de Nuevo Songo. Está claro que no se trataba de habaneros, sino de vulgares palestinos, son de Songo la Maya; siempre viene de allá la peste, del Este innoble que alimentó a la Catástrofe. No es de extrañar entonces este exceso suyo, en que pretende la grandezas del West, a donde huye presurosa la verdadera ciudad; donde yo, Anonimón III de Alejandría, descubro esta maravillosa cesta que pone Zeus a mis pies para que me alimente.

Ea, pues, que Thamacún es invencible hasta para ella misma; porque es un reducto de libertad espiritual, que acoge al exiliado. In exilium tremens, podemos renegar hasta de toda bandera; y optamos por esa sensibilidad distinta de la Matria, que ofendida se aleja del grosero patriarca. West Havana existe, no puede no existir, porque al lado del comic de Nuevo Songo reluce la literatura perfecta que como nave pone proa a Thamacún. Es como en La historia interminable, no como un síndrome de Peter Pan; porque como en la historia de Bastian Baltasar Bux, hemos sido conminados múltiples veces. Existimos —se glorian nuestras vírgenes inexistentes—, porque queremos existir; somos como Nueva Venecia sobre San Juan de Puerto Rico, y hasta mejor aún, un descendimiento de las aguas que revela el camino a Santa Mónica de los Venados.

Sunday, November 1, 2009

Cumberland, el país de Nunca Jamás?


Dice un viejo refrán que la diferencia entre los niños y los adultos está en el precio de sus juguetes; luego, cuando estos precios se acercan, ha de pensarse en el peligro de infantilismo. No se trata de dudas ante el humor, sino de la naturaleza de ese humor; que en unos casos puede ser insistencia en los placeres de la infancia, y en otros pueden ser placeres de madurez. Uno de ,los mitos más dañinos de la Modernidad ha sido el de la eterna juventud, que no pudiendo satisfacerse con la mítica fuente opta por nuestros espíritus. Pero esa búsqueda del niño interior es también por nuestras torpezas de infancia, no sólo de aquellos juegos que hoy han de ser necesariamente aburridos; porque el espíritu joven sólo puede jugar con cosas que nos aburren, con las que ya estamos cansados de jugar; y al mismo tiempo, si se impone, trae consigo su condición de inexperto. Se trata de que las heridas del crecimiento nos deparan otros placeres, como los de evitar ciertos errores; a los que inevitablemente volveremos si insistimos en seguir siendo jóvenes, como esas jóvenes promesas de la poesía que lo siguen siendo a los 50 años.

Al síndrome de Edipo podría añadirse el menos glamoroso de Pedro Cazuela, no ya el de Bastian Baltasar Bux; y campanilla, como la vida salvaje que late, puede seguir llamándonos por siempre al crecimiento con sólo reconocer la verdad de su sentimiento, sin que consintamos en ello. Qué pasaría si los habitantes de Cumberland se aburren de su nuevo juguete, esa es la cuestión aquí; porque de seguro seguro, si el juguete viene de la infancia, ya va a ser aburrido. Antes que eso puede ser interesante indagar en las ciertas posibilidades existenciales del hecho Tamacún; esa ficción, como literatura, sería hasta un cumplimiento del esfuerzo patafísico que aún intentan ciertos realistas y surrealistas. En cambio, reducirlo a la banalidad de un juego de bolos como el de Rip Van Winkle puede atentar contra lo más importante que tiene; de hecho, contra lo único que probablemente tiene, y es su facultad de despertar interés real entre adultos que no quieren volver a ser niños. Wendy, la realidad, es un peligro para Pedro Pan; Campanilla lo salva, pero en verdad lo reclama para sí, y él no responde. Si Peter Pan no crece está condenado a defenderse del Capitán Garfio, que es entonces el reclamo de su propia madurez no asumida; no por gusto al Capitán lo vuelve loco el sonido del reloj, será que le recuerda que ya está tarde y ese chiquillo sigue en Nunca Jmás

Constitución Política de Westh Havana

Nosotros, cubanos y descendientes de cubanos afincados en la necrópolis de Alejandría, en Egipto, decidimos:


I)- Fundar la comunidad de West Havana, como símbolo y templo en que refugiarnos por nuestra condición de exiliados, expulsados por una Patria a la que sin embargo no podemos renunciar puesto que nos ha formado y determina.

II)- Para eso, y hasta como venganza y justicia poética, reivindicarnos a nosotros mismos en el concepto de la Matria; esto es, una receptividad que nos permite seguirnos alimentando del lugar del que partimos, como ascendencia, sin negarnos la posibilidad de convivir y realizarnos en "Patrias" más amables.

III)- Que según lo antes dicho, creemos en la afirmación de los valores nacionales, y luchamos contra las visiones postmodernas de pertenencia y raigambre, por ser tan ilusorias como las contrarias.

IV)- Que la condición de cubanoalejandrino no existe, sino la de cubano asentado en Alejandría; y que por tanto, tampoco existe la de westhavanense más que como entelequia, que igual no puede ser enarbolada como ideología independiente de la de nacionalidad cubana.
                               a)- Este último punto de la constitución no se modifica por la adopción de otras
                                    ciudadanías, que han de superponerse pero no desplazar a la original; aunque a los
                                   efectos legales primará la ciudadanía escogida, porque la legalidad afecta a la Patria y
                                   no a la Matria, cuya naturaleza es poética.

V)- Que en la comunidad de Westh Havana, en Alejandría (Egipto) renunciamos a instituciones tales como el Ministerio de Defensa y semejantes; es decir, desde el Ejército a cualquier tipo de Brigada de Respuesta rápida, grupos armados de elite, y Ministerio del Interior. También quedan prohibidos los ministerios y secretarías de cultura, así como las organizaciones intelectuales de todo tipo; a las que se verá como agentes subvertores del buen orden y la concordia.
                            a)- Siempre que se detecte un intento de organización intelectual, bien sea como
                                 asociación artística o la más simple cátedra de universidad, se le neutralizará con la
                                 concesión de una Orden al Ego, con su correspondiente pensión vitalicia. Los daños al
                                 erario público se verán ampliamente compensados con la tranquilidad de la población.

La verdadera historia de Leididi Usnavi con Isabelita de Inglaterra



Algún tipo de desequilibrio emocional parece apoderarse de las autoridades de Nuevo Songo, incluso el afán imperial de los países destinados a la pequeñez. No obstante, sacaremos a la luz la verdadera historia de este diferendo entre Nuevo Songo y Westh Havana (y no reclamen más por la ortografía, que este inglés es alejandrino). No podemos apoyar a Leididi Usnavi, cuyo nombre verdadero es Meneito; primero, por lealtad a nuestra amiga Isabelita la verdadera inglesa; pero además, por el origen de ese diferendo que las enfrenta, y que reporteros de El Viejo Anunciador de Westh Havana han documentado con fotos de los archivos secretos de Albión la Vieja. La soberana de Nuevo Songo obtuvo una audiencia protocolar con Isabelita la inglesa. La idea era el reconocimiento del islote como protectorado inglés. ¿Qué hizo la Usnavi cuando vio aparecer a la prensa?, vean la primera foto y asómbrense de cómo su incontinencia puso en ridículo a Isabelita. Sabemos que fue de esta foto de donde el pintor imperial Santana tomó su imagen de la Usnavi. Como si eso fuera poco, cuando Isabelita se disponía a reconocer el protectorado de Nuevo Songo, la Usnavi tampoco pudo contenerse, como verán por la segunda foto.


Para colmo, Isabelita quiso hacer un viaje de incógnito a Nuevo Songo, tratando de arreglar el desaguisado. ¿Qué hizo Leididi Usnavi Burundanga ante semejante despliegue de confianza y buena voluntad?. Aprovechando que el viaje era de incógnito, sin escolta ni protocolo expuso a Isabelita a la humillación de un "supuesto" error de los agentes de Aduana, y a la pobre Isabelita la humillaron con todo, la hicieron pasar una noche tras las rejas (¿Se acuerdan de cuando batista huyó a Santo Domingo?), entre la chusma diligente de Nuevo Songo, sometiéndola a todo tipo de vejaciones, como puede verse en la tercera foto.


Como un gesto de buena voluntad y recabando apoyo para nuestros propios proyectos, nuestro alcalde Anonimón III de Alejandría aportó el diseño de la bandera a Nuevo Songo. El premio del procerato podía ayudarnos en nuestros propósitos de afianzar nuestro pobre enclave en Egipto por medio de las relaciones diplomáticas. Pero sólo un desorden neuronal puede haber provocado que las cosas lleguen a este extremo, y sabemos quién es el único que puede estar jugando a los soldaditos después de tan viejo. La culpa es nuestra, Anonimón se declara culpable de Guanajería congénita, por haberse dejado atrapar en esta locura. Por eso, la alcaldía de Westh Havana avisa que si Nuevo Songo insiste en sus pretensiones bullangueras, desalojará su espacio y se irá con sus banderas a otra parte, que a mejores blogs nos han invitado y no hemos asistido. So frescos.